Bienvenidos

domingo, 7 de enero de 2018

Maldito mundo, bendito amor.

Te quiero.

No para unos minutos, ni unas horas, ni unos días, ni años, ni una vida, sino un mundo.

Si, te quiero un mundo.

El problema es que te quiero en un mundo que se me queda pequeño cada vez que me besas. En el que todo se reduce a nada cuando me abrazas.
En un mundo en el que primero van los prejuicios y después uno mismo.
En el cual es más fácil señalar que autoculparse, en el que el rencor va antes que el 'lo siento'. Donde predomina el orgullo, donde nadie valora lo que tiene hasta que... ya sabes.
En el que no comprendes a tu madre cuando dice que los amigos son los gatos.
Donde la sociedad prefiere aguantar falsas amistades antes que verse sólo.
En un mundo en el que los defectos de la gente resaltan automáticamente, y los tuyos -si es que los tienes- se esconden, porque ya bastante resalta tu sonrisa.
En un mundo en el que juzgan al que quiere públicamente, y yo me enfrentaría a todos los juicios necesarios por seguir mostrando que lo hago.

Hoy vine a recordarte que te quiero, porque mañana el mundo irá a peor, pero tú volverás a salvar el mío.

Maldito mundo, bendito amor.