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jueves, 19 de julio de 2018

Querido estúpido Cupido.


Me he vuelto a dar cuenta de que esta vez tampoco leíste mi carta aunque yo creyese lo contrario. Y en el caso de que si lo hicieses, si te hice algo en otra vida, lo siento.
Espero que aceptes mis disculpas y la próxima vez que salgas de caza, apuntes a donde disparas.

Tampoco te he pedido mucho en anteriores ocasiones, pero el paso del tiempo y experiencias me han vuelto más exigente. O quizás más humano y en el fondo no pido tanto.

Sólo te pido a alguien que mantenga unos principios dignos de no cambiarlos de un día para otro.
A alguien con quien compartir una rutina sea de todo menos eso, rutina.
Alguien con quien sembrar confianza desde el primer momento con el fin de recoger calma. Que me haga olvidar el significado de las palabras engaño, mentira, burla. Que lleve la palabra 'recíprocidad' por bandera y la fidelidad como himno.
Que se alimente de locura, que baile cuando nadie lo haga, que cante cuando se haga el silencio, que salte cuando el suelo deje de temblar.
Con quien brindar por cada una de esas personas que no supieron tratarnos como debían, que nos hicieron creer que valiamos mucho menos de lo que en realidad valemos.
Que mis aficiones complementen sus intereses. Que si no le gusta bucear agarre mi mano y diga 'hoy nos perdemos por la cala más escondida del mediterráneo'. Que si no le gusta el fútbol diga 'No te preocupes, la semana que viene los tres puntos se quedan en casa'. Que si no compartimos los mismos gustos musicales diga 'me voy a escuchar todas las canciones de tu artista favorito'. Que si no compartimos gustos cinematográficos diga 'Esta saga no me gusta pero ponte cómodo que si a ti sí la vemos juntos'.
Que sea magia, hombro, refugio, abrigo, frío y calor. Pero lo más importante, que nunca deje de ser ella.

Querido estúpido Cupido, si no te ves capaz de conseguirlo, escríbeme. No quiero más piedras en el camino que se rían de mi inocencia, con las que termine jugando en el suelo por miedo a levantarme y volver a caer.

miércoles, 6 de junio de 2018

Y ahora

Que raro se hace pensar que lo que en su día era fuego ahora se resume en cenizas.
Que avanzábamos siendo uno y ahora es uno quien no sabe avanzar tres pasos sin mirar atrás.
Que planificábamos un futuro juntos de tal manera que todo parecía más sencillo y ahora eres un pasado difícil de superar.
Que nos besábamos como si se nos fuera la vida en ello, y ahora se me va la vida intentando olvidar esos besos.
Que al mirarnos sobraran las palabras y ahora sólo encuentro silencio en los ojos que me rodean.
Que al abrazarnos nada nos podía hacer daño y ahora me hago daño abrazando tristes recuerdos.
Que al querernos lo sentíamos todo y ahora siento que todo es nada.
Que al desnudarnos derretiamos lo sólido y ahora al hacerlo sólo siento frío.
Que al prometernos amor eterno fidelizábamos felicidad y ahora sólo veo mentiras.

Éramos magia, éramos nosotros.
Ahora tú eres tú y yo soy yo. Dos personas que jugaron a quererse sin saber las instrucciones.
Ahora sé que el ganador era quien primero olvidase, y yo siempre fui de perder.

Digamos que aparecí en un momento en el que necesitabas un hombro, y me toca irme en otro en el que te sobran brazos.

Malditas etapas en las que uno no encaja aunque creyese formar parte del puzzle.

domingo, 7 de enero de 2018

Maldito mundo, bendito amor.

Te quiero.

No para unos minutos, ni unas horas, ni unos días, ni años, ni una vida, sino un mundo.

Si, te quiero un mundo.

El problema es que te quiero en un mundo que se me queda pequeño cada vez que me besas. En el que todo se reduce a nada cuando me abrazas.
En un mundo en el que primero van los prejuicios y después uno mismo.
En el cual es más fácil señalar que autoculparse, en el que el rencor va antes que el 'lo siento'. Donde predomina el orgullo, donde nadie valora lo que tiene hasta que... ya sabes.
En el que no comprendes a tu madre cuando dice que los amigos son los gatos.
Donde la sociedad prefiere aguantar falsas amistades antes que verse sólo.
En un mundo en el que los defectos de la gente resaltan automáticamente, y los tuyos -si es que los tienes- se esconden, porque ya bastante resalta tu sonrisa.
En un mundo en el que juzgan al que quiere públicamente, y yo me enfrentaría a todos los juicios necesarios por seguir mostrando que lo hago.

Hoy vine a recordarte que te quiero, porque mañana el mundo irá a peor, pero tú volverás a salvar el mío.

Maldito mundo, bendito amor.

martes, 28 de noviembre de 2017

Confesión

Quiero confesarte que mi cama me pregunta por ti cada noche, empieza a sospechar sobre que hayas ido a por tabaco -sabiendo que no fumas-. No hay vez que no me pregunte por qué no estás aquí al acabar el día.
Le insisto en que no tenga prisa; pues, lo que se espera con ganas se disfruta el doble cuando llega. Y nunca hay prisa sabiendo que cuando esté, será para toda la vida.

La almohada dice estar cansada de que cada noche la llame por tu nombre, y la abrace con las fuerzas que se abraza cuando se ama.
No sé si quiere que la salves o que me acostumbre a dormir abrazado a ti, que ella mañana no estará.

Las sábanas dicen no entender por qué me tapo solo, me confiesan que es más bonito cuando lo hacemos juntos, y en ellas escondemos nuestros mejores secretos.

Hasta los muelles del colchón me preguntan por qué ya no nos peleamos con ellos, ¿a qué viene esta tregua? Ya les he dicho que se preparen: por una batalla nunca se perdió la guerra.

Ya no sé si me estoy volviendo loco o te echo de menos (de más) por las noches.

Solo sé que te quiero, y eso no va a cambiar nunca por muchas camas con las que nos toque pelear.

martes, 21 de noviembre de 2017

Ella.

Ella es una chica maravillosa, de esas personas que nunca te cansarías de conocer, de las que siempre encuentras motivos diferentes para quererlas, por las que sin querer siempre sale de tu boca un 'cinco minutos más'.
Solo ella tiene esa sonrisa que hace que te evadas de todo en tus peores días, esa mirada que hace que te pierdas en el tiempo durante un rato mientras el reloj sigue girando.
Es de esas personas que saben como sacar lo mejor de ti, de las que con un abrazo dicen más que con mil palabras.
Ella es muy ella. Es de llorar a escondidas y sonreír en público, de cantar a solas y bailar acompañada.
Es magia, sabe la forma de hacerme temblar con solo una palabra, de hacerme reír con sólo un gesto, de hacerme volar con sólo una caricia.
Tiene el don de alegrarme el peor de mis días en minutos, de alargarme su brazo justo antes de que caiga.
Es lo mejor que me ha pasado, eso lo tengo claro.

Y si algún día me preguntan sobre sus defectos, responderé que no los conozco.
Entre tantas virtudes no hay posibilidad de darle importancia a un defecto.

martes, 14 de noviembre de 2017

Defecto virtuoso.

Si tú también le necesitaste los domingos para hacerlos mas largos, tal como los Lunes para hacerlos mas cortos. Si quisiste compartir tu tiempo con ella porque era la única manera de no sentir que lo desperdiciabas. Si te acostabas y despertabas con la necesidad de que tu último y primer mensaje fuese para esa persona. Si la incluías en tus planes porque así quedaban mejor. Si todos tus sueños sobre futuro llevaban su nombre. Si siempre eras tú quien reclamaba ese 'solo cinco minutos más'..

Sé que te puede haber parecido frustrante no haber recibido lo mismo en las mismas proporciones, que siempre hayas tenido ese mal sabor de boca sin saber cuál era el motivo de no ver que fuese recíproco. Hay que empezar a entender que no todos somos iguales.

Pero aun así, nunca te sientas culpable porque tu error haya sido querer de más.