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domingo, 29 de octubre de 2017

Eras.

Eras el mar sobre el que navegaban mis esperanzas en el amor, la marea de la que dependía mi estado de ánimo.
Ese bar favorito al que no cambiaría por nada, esa bebida que el camarero sabe que quiero antes de que se la pida.
Ese atardecer de verano al que nadie valora, pero quien lo hace, aprecia un tesoro.
El invierno más frío cuando estabas lejos. Tú y tu complejo de manta que abrigaba mis malos dias con tus abrazos.
El verano más caluroso con tu silueta  desnuda en mi cama, con la sonrisa que esconde los secretos que compartimos con las paredes.
El lunes que nadie quiere que llegue menos quien lo comparte contigo, el calendario al que no se tiene en cuenta contando con tu compañía.

En este mundo una persona es tan poco, pero lo tuyo era inhumano, porque lo fuiste todo.


martes, 17 de octubre de 2017

Sueño.

Aún sigo recordando mis ganas de luchar cuando todo estaba perdido. Cuando decidiste tirar la toalla una vez más y a mí no me quedaban fuerzas para volver a recogerla.

No pienses que no sé que a día de hoy miras esa toalla con odio, con el odio con el que se mira a un error que podría haberse evitado. Mientras que yo hoy sonrío, sonrío con la certeza de que amé de verdad, que lo di todo sin límites. De ahí mi manía de dar cada beso como si fuese el último, de mi tristeza en cada una de nuestras despedidas, sin saber si mañana te habrías ido o habría dejado de corresponderte.

Sólo era un iluso que pensaba que cuanto más tiempo te dedicase más querrías, cuantos más besos te diese más necesitarías, cuantas más sonrisas te sacase más desearías, cuanto más te cuidase más te quedarías...

Y, ¿Sabes? aún duermo en mi lado de la cama, esperando a que el destino haga otra de las suyas y te traiga de vuelta, aunque tenga que volver a ver como te marchas, predicando que lo nuestro era bonito pero imposible.

Vete las veces que quieras mientras tengas un motivo para volver, para prometerme que esta será la última vez sabiendo que no.
Al fin y al cabo solo soy un iluso que pensaba que... te quedarías para siempre.
Mañana será otro de esos días en los que me despierto creyendo que puede que esta noche hayas decidido volver.

Porque recuerda, se puede matar a un soñador pero nunca un sueño.