Bienvenidos

martes, 28 de noviembre de 2017

Confesión

Quiero confesarte que mi cama me pregunta por ti cada noche, empieza a sospechar sobre que hayas ido a por tabaco -sabiendo que no fumas-. No hay vez que no me pregunte por qué no estás aquí al acabar el día.
Le insisto en que no tenga prisa; pues, lo que se espera con ganas se disfruta el doble cuando llega. Y nunca hay prisa sabiendo que cuando esté, será para toda la vida.

La almohada dice estar cansada de que cada noche la llame por tu nombre, y la abrace con las fuerzas que se abraza cuando se ama.
No sé si quiere que la salves o que me acostumbre a dormir abrazado a ti, que ella mañana no estará.

Las sábanas dicen no entender por qué me tapo solo, me confiesan que es más bonito cuando lo hacemos juntos, y en ellas escondemos nuestros mejores secretos.

Hasta los muelles del colchón me preguntan por qué ya no nos peleamos con ellos, ¿a qué viene esta tregua? Ya les he dicho que se preparen: por una batalla nunca se perdió la guerra.

Ya no sé si me estoy volviendo loco o te echo de menos (de más) por las noches.

Solo sé que te quiero, y eso no va a cambiar nunca por muchas camas con las que nos toque pelear.

No hay comentarios:

Publicar un comentario